CUANDO LA PASIÓN SE APODERA DE LA  A RAZÓN

Así como existe la razón apasionada existe también la pasión irracional; no será necesario comentar y profundizar sobre los tristes hechos que están matando nuestro fútbol, ese fútbol que alguien con mucha sabiduría lo catalogó de “Pasión de multitudes”.

Será necesario escuchar una vez más las declaraciones de la autoridad que después de cada suceso, aparecen como fuego pirotécnico, y que al parecer nadie tiene la intención de apagar.

Entre tanta propuesta de solución se dice con no poca frecuencia, que hay que jugar sin público.

Esa medida extrema y con muy poca inteligencia conseguirá inevitablemente que el Fútbol deje de ser pasión de multitudes.

¿No sería más razonable decir? Tenemos que jugar sin delincuentes, erradiquemos de los estadios el lumpen.

Si el estado invirtió tanto millones de dólares en construir o modernizar estadios, ¿se justificará entonces que hoy se conviertan en estudios de TV y sin público?

Nadie hasta hoy, ha tenido el suficiente coraje para extirpar el mal desde sus raíces, el fútbol debe jugarse con público pero no con delincuentes o violentistas.

No deja de llamar la atención que el mismo día de estos desgraciados hechos, en una cancha o estadio del fútbol amateur, específicamente en el Estadio Municipal de Rengo, algunos violentistas –al igual que en Valparaíso- ingresaron al campo de juego con la clara intención de agredir a los árbitros. Lo triste de todo esto es que personas con responsabilidades y que son claramente UBICABLES e IDENTIFICABLES aparezcan como instigadores y autores materiales de la violencia, incluso dañando la propiedad.

REFLEXIÓN:

 ¿SERA NECESARIO AJUSTICIAR A UNA PERSONA HACIÉNDOLO RESPONSABLE DE MI DERROTA, CUANDO SEGURAMENTE ESTA SE PRODUJO POR MIS PROPIOS ERRORES?